domingo, 22 de abril de 2012

EMOCIONES.




¿Alguna vez abrigasteis tal emoción que el llanto empañó vuestros ojos? Sentimiento en esencia que hace reaccionar a la persona y no sabes si reír o llorar. Un gozo que recorre cada milímetro del enardecido cuerpo crispando la piel. Jamás tal dulzura acompasó los latidos de mi corazón. Las lágrimas se deslizan por el rostro revelando la comunicación sagrada; la unión perfecta entre cuerpo, mente y espíritu.
Las palabras adquieren un sentido amplio y literario, hasta la más vulgar. Todo es música seráfica. Recuerdos aletargados que asaltan la memoria enviando un abanico de sacudidas.
Nos engarza aún en la distancia una estela blanca que nos mantiene permanentemente en sintonía. A mi edad no tengo que justificar nada y nada tengo que acallar. Hay pasiones que están por encima del tiempo, la distancia y la expiración.
Tú absorbes la entidad básica de toda mi alma. En una hora a tu lado puedo gemir, deleitar, arder, rejuvenecer y estremecerme; sensualidad a la máxima potencia.
Y así navego por el océano diario con las velas desplegadas al viento. Tu voz me mantiene entre encuentro y encuentro. No hay nada que ennegrezca el iluminado horizonte. Pues henchida de esperanza, contemplo como los delfines hacen carreras a toda velocidad con la proa del barco. La estrella polar me guía rumbo hacia un nuevo despertar.

sábado, 14 de abril de 2012

AMARRES.




No permitas que la serenidad decaiga
Ni consientas volver a llorar.
Demasiada belleza gira a nuestro alrededor
Para ignorar su rostro.
Si mi amistad ponderas y yo la tuya,
No exijas mi silencio
Pues ante todo necesito un abrazo
Aun en la distancia
O un susurro de voz.
La cercanía de espíritu se puede medir
Por el calor de las palabras.
No sólo se comparte la sonrisa
Sino también las lágrimas y el pesar.
Los lazos más fuertes se tejen en la lucha,
En la infinita charla del desconsuelo,
No en la nimiedad del elogio.
Los sentimientos de una dama
Necesitan algo más que coqueteos y vanidad
El corazón de una mujer es un profundo océano de secretos.

La última frase es de la película de 1997 “Titanic”

jueves, 12 de abril de 2012

VÁLVULA DE ESCAPE.




Siempre fuimos la tabla de salvamento, la válvula de escape en nuestras rutinarias y estancadas vidas. Así forjamos día a día una amistad profunda que no conocía barreras. Intentando apoyarnos sin profundizar en sentimientos. Nos negamos a caer en la trampa del amor.
Hemos compartido muchas experiencias con otras muchas personas. Hablado infinitas horas del desencanto y la frustración ante tantas vivencias. Y ahí en ese punto seguimos escrutando lo que nos da aliento en la batalla.
Tal vez erramos en la búsqueda pues de eso se trata, de no buscar. De sentir la vida sin necesidad de avance. Debemos satisfacer cada jornada con los nimios tesoros que se nos ofrecen. Degustar el presente de cada amanecer en la mañana y el ocaso al caer la noche.
Tal vez hoy descubrimos que esa insaciable sed de cambio nos hace tan ciegos que no vemos los maravillosos valores que nos rodean. Las excepcionales personas que comparten nuestras sonrisas.
Hoy te cachondeas de mí, así lo hemos expresado. Bendita burla la tuya a mi lado. Me reconforta, te siento, estoy viva y sonrió. Nada hay mejor que notar los latidos del corazón a tu lado.
¿Por qué nos dio tanto miedo saltar el charco? Nunca dijimos un “te quiero” desde el otro lado ¿Qué podría haber ocurrido? ¿Dónde nos llevarían nuestras manos? Nunca lo intentamos.
Ahora que seguimos juntos cada cual por nuestro lado miles de preguntas me confunden y me asaltan. Tal vez no es el momento o tal vez nunca lo sea. Pero si algún día la rueda de la vida hace que necesitemos una válvula de escape en nuestras estancadas vidas. Si algún día tras mucho camino andado seguimos necesitándonos .Creo que tendremos que dar un salto. Pondré los sentimientos sobre el mantel y decir te quiero cuando ya nada importe con los años.

lunes, 2 de abril de 2012

LLUVIA.




Domingo de ramos con aroma de azahar vagabundeando por las calles abarrotadas de gente. Absorta, sin rumbo, sola. Si, sola pero no por falta de compañía sino por desamparo del alma. Estaba cansada de mediocridades, de verme rodeada de gente carente de emociones. Todo se compone hoy de estética, de dinero, de sexo y por supuesto de poder. O tal vez deberíamos decir de poder y sexo.
Y así mi desencanto de un tiempo a esta parte había aumentado a cotas impensadas. La independencia había desaparecido aunque no lo percibiéramos. Ya no trabajábamos para vivir, vivíamos para trabajar. En el camino olvidamos el respeto por nosotros mismos y por el prójimo. Desdeñamos mirar a los ojos de la conciencia, tocar la belleza interna. Todo lo tapaba la máscara de la divinidad etérea de una cara bonita ¿Y las arrugas que proporcionaba la risa? Lamentablemente las ocultábamos bajo las inyecciones de botox.
Aquella mañana salí a la calle con mis vaqueros viejos, un jersey gris enorme, las mangas ocultaban la mitad de mis manos y unas deportivas cómodas, sin marcas. Sepulté el móvil bajo un cojín del sillón, desamparándole. No llevaba ni dinero en los bolsillos, ni documentación. Mi carnet sólo era una cara y un número pero no exhibía ni un solo rasgo del individuo que me caracterizaba. Salté a la vida sin un propósito.
De pronto, el sol de la mañana fue velado por nubes grises de tormenta. Empezó a llover suavemente y fue como si la película se acelerará; la gente corría a refugiarse. En un primer instante tuve también la tentación de guarecerme pero algo impedía que mis pies se movieran. Alcé mi cara y las gotas empezaron a resbalar por mi rostro. Sentía como el agua traspasaba el jersey y se adueñaba de mi cuerpo, seduciéndole. El sonido del golpeteo sobre arboles y hojas era la más deliciosa de las melodías. Dirigí mis pasos hacia un parque frente a mí, el viento susurraba para que me acercara. Fue un momento impactante, de los que se imprimen, absoluta liberación. Percibí como el verdor se acentuaba, olía el aroma de la tierra húmeda, el sonido de la lluvia, el tacto de la naturaleza sobre mis manos, el sabor del sueño ansiado de no acallar lo que apreciaba, seguía viva tras tiempo de letargo. La libertad no es un sueño está tras los muros que nosotros mismos construimos.
Empapada regresé sobre mis pasos, la decisión estaba tomada. Atrás quedarán los meses desolados, la angustia de los cobros, el tiempo de ser puntuales, las escusas para justificar mi desgana, los vestidos para enaltecer y ocultar la esencia y la esclavitud de la civilización implacable y moderna.
Comienzo con una nueva y a su vez atávica filosofía de vida. Sólo haré lo que me gusta y apetece, lo que expanda mi corazón. Crear por el mero placer de hacerlo, amar hasta desfallecer sin esperar nada a cambio, reír hasta que me duela cada centímetro de mi cuerpo y sentir la inmensa sensación de que alguien vele por ti y viceversa. Rodearme de las personas que quiero y son importantes pues escribieron algún párrafo de mi historia. Aprender a mirar a los ojos del mundo a través de los arboles, el sol, las estrellas y el ocaso.
A veces lo que se escribe en las páginas es más amable que el mundo real. Y en otras ocasiones, como una admirable persona me dijo: no es que la realidad supere la ficción sino que esencialmente se basa en ella. Estreno mi andadura llenando mis manos de tita y palabras. La pasión de toda mi existencia heredada de mi abuelo. Vosotros los que me amáis y amo seréis mi inspiración.
Buen viaje.