viernes, 25 de noviembre de 2011

ORÁCULO.




Pregunte al oráculo y él
me habló de paz
tras muchas jornadas de melancólicas nubes,
de la unión del cielo y la tierra,
de armonía,
un espíritu abierto al edén.
Y seguí preguntando a donde
la causalidad me guiaba,
Su voz fue clara.
Los instantes de crecimiento
Usurpaban la desidia de otros céfiros
La lluvia me vestía de calma y frescura
Ser como la margarita silvestre
Humilde y dulce
Esperando el conveniente lapso.
El que derramará fortuna en primavera
Sobre el valle que dormitó en invierno.
Paulatinamente, la hierba brota
Y el árbol cubre su desnudez.
El éxito está en sus manos
Donde sutil, coloqué parte del alma.
Todo llega
Y mientras,
cuento mi historia,
tan sólo con el encadenamiento de casualidades
Aquellas que fecundaron la esencia.
Cada ser ocupa su lugar
Y cada cual tiene su sendero.
Retorné a los orígenes
la libertad impregna las entrañas.

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