miércoles, 26 de mayo de 2010

OCÉANOS




Hoy, tras mucho tiempo ausente, regresaste, como siempre, como si no hubiera pasado tiempo, retomando la conversación que quedó a medías, como si fuera ayer.
Hoy, tras mucho tiempo ausente, me acostumbré a tus ausencias, a retomar la conversación como si fuera ayer, pues aprendí así a quererte.
Me dices que traes el corazón cansado y triste, que ella pronto se manchará, que tú ausencia esta vez no ha sido una de tus aventuras, ni necesidad de espacio.
Sé que estuviste con ella, a su lado, y que volverás para acompañarla en sus últimos pasos, que necesitas leerle su libro, al lado.
Has venido tan sólo por unas horas, precisas en estos instantes a alguien que acaricie tu pelo, que agarre fuertemente tu mano.
Aquí me tienes, adoro volver a ver tus ojos aunque ahora están apagados, me habitué a tus retiradas y a la alegría de encontrarte un día inesperado.
Olvida por unos instantes estos aciagos tiempos, deja que mis palabras acunen tus escondidos llantos.
Deja que por unas horas me pertenezcas y sea yo tu amo. Comparte conmigo un cálido mate, a la luz de las velas frente al fuego, que tú cuerpo temple el mío, que tus labios hagan olvidar tantos silencios desde que no nos abrazamos.
Deja que mis lágrimas de alegría recorran cada palmo de tu cuerpo, de tus manos, de tus labios. Necesito tu aroma para llenar el recuerdo en el vacio del espacio, cuando te alejas y eclipsas la luz ¡te echo tanto de menos!
Hoy para mí tus distancias son dichas, pues asimilé que con cada adiós hay un hola y ese hola es cada vez más intenso, más febril, apasionado; éxtasis en el rutina del día a día.
Te quiero aunque sólo sea por unas horas, porque en ellas me das lo que no dan otros en años o en bodas.
Reclina tu cabeza, que acaricie tu cabello mientras te miro, sin palabras y sin obras. Volveremos a amarnos durante este intervalo y me dejaras tan llena que ni tus ausencias, ni los vacios, ni los sigilos romperán el vínculo que tú y yo, en la distancia nos ata sin lazos.
Amor libre, espacios amplios, silencios, miradas que no necesitan palabras, manos lejanas que me agarran en las sombras. Noto tus abrazos aun cuando el océano borra tus pasos.
Te quiero, no por tu forma de amarme, sino por cómo me quieres durante las horas en que yo soy tu amo. Cuando el océano vuelve a traerme tus pasos.

1 comentario:

  1. Es lo más bonito que he leido desde hace mucho tiempo y me siento tan identificada que parece que lo has escrito para mí. Conforme iba leyendo me iba emocionando y una timida lágrima se a atrevido a saltar de mis ojos.
    Gracias querida amiga por tan bellas palabras. Aquí te tejo este poema de regalo el cual me gusta mucho. Un beso.

    Tengo la boca amarga y no he mordido;
    el alma, atroz, y la canción, tronchada.
    No sé qué fuerza traigo en la mirada,
    ni qué traigo en mi cuello, de vencido.

    No sé ni cómo ni por qué he venido.
    Esto es todo: llegué; no sé más nada.
    No me importa el quehacer ni la jornada,
    y me da igual herir que ser herido.

    La sangre, a punto, se impacienta y arde
    por inundar la alcoba a la que vine,
    donde fui tan feliz que fui cobarde.

    Sólo pido al amor que no se obstine.
    Me sentiré a su orilla cualquier tarde
    para que alguien, de paso, me termine.

    Antonio Gala

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