Todos los días,
en la vorágine de la rutina,
tanto si el viento arrecia,
como si la tempestad amaina,
buscamos el mensaje en la botella
que nos despeje las nubes del alma.
Aquella botella semienterrada en la arena,
antigua, deslucida
que un día fue insólita.
Al quitar el corcho que la adormece
deja escapar el mágico elixir.
Amar para siempre con breves palabras.
Yo tambien necesito esos mensajes... Debemos estar atentos a las botellas que flotan a nuestro alrededor...
ResponderEliminarSiempre hay fuerza para seguir adelante. Eres un ejemplo de esa esperanza que pregonas. Me gusta. Mucho.